Capitales Bálticas




VILNA


Vilna, Tallin y Riga se pueden explorar cómodamente en una jornada y todas cuentan con un número de habitantes que ronda el medio millón. Comienzo por la que más me gustó.  


El casco histórico de Vilna es un conjunto monumental majestuoso situado al sur del río Neris. Como sucede en las tres repúblicas bálticas las autoridades locales han conseguido conservar el conjunto histórico en perfecto estado y cerrándolo progresivamente al tráfico rodado. El espejo y buenas prácticas de los países nórdicos está muy presente así como la herencia histórica de Polonia sin olvidar el legado cultural de Rusia del que no solamente encontramos iglesias sino una nueva ola de locales "underground" muy propia de Moscú.  


El casco histórico de Vilna comienza en el puente verde "Zaliasis Tiltas" al norte y va descendiendo hasta la puerta de Aurora, teniendo a la catedral, el barrio del gueto, la plaza del ayuntamiento y el parlamento como lugares más emblemáticos. Además, Vilna cuenta con multitud de iglesias y varios edificios universitarios de gran belleza.  Al este se halla el pequeño río Vilna y cruzándolo se llega al bohemio barrio de Uzupis.

Como prolongación del viaje de Vilna se puede pasar por Kaunas, una ciudad industrial que en los últimos años ha ido abriéndose al turismo restaurando algunos de sus edificios, peatonalizando el centro las avenidas principales y conservando en buen estado un pequeño pero bonito centro histórico aunque si lo que más llama la atención en la ciudad es el movimiento local de arte urbano que goza de un gran dinamismo y está presente en todas las áreas de la ciuadad ya sea mediante pintura, esculturas o edificios. Como suma de todo, Kaunas fue elegida capital cultural europea para 2022.


RIGA


¿Sabías que Riga es la ciudad del mundo con más concentración de arte moderno?  Aunque la capital letona me parece la más “fría” de las tres, no desperdiciaría la oportunidad de pasear por conjunto histórico encerrado entre el Río Daugavas y el canal urbano Pilsetas. Al otro lado del canal encontramos dos grandes parques y las amplias avenidas cargadas de edificios representativos del Art-Nouveau.

Muy cerca de Riga está playa de Jurmala, una interminable franja arenosa a la que merece la pena llegar para pasear junto al Báltico. En verano suele tener mucha actividad, no tanta dentro del agua.


TALLIN


Tallin, al igual que las otras dos capitales bálticas, se puede recorrer fácilmente a pie y en un día hay tiempo suficiente para dar varios paseos por el conjunto histórico y alrededores. El  centro histórico de Tallin es memorable, y su plaza del ayuntamiento, como ocurre en Liubliana o en Praga, parece sacada de un cuento medieval.

En contraste con la ciudad de Tallin podemos llegar hasta Paldiski para conocer de primera mano una ciudad gris de la antigua Unión Soviética. Originalmente como asentamiento sueco, Paldiski pasó a ser un importante puerto naval donde muchos trabajadores pasaban largos periodos viviendo en edificios comunitarios que aún hoy se conservan, así como su estación de tren.

Más alejado, Tartu, una vibrante ciudad hanseática que será capital europea de la cultura en 2024.



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