21 Curiosidades sobre Colombia
Colombia es un país lleno de curiosidades y maravillas, y en esta entrada te contaremos algunas de ellas para que puedas conocer un poco más sobre este hermoso país antes de planear tu próximo viaje
1. Colombia alberga una gran cantidad de comunidades árabes que han dejado una huella indeleble en la cultura del país. Desde Siria, Líbano, Palestina y otros lugares, estos inmigrantes han aportado su propia personalidad a la comida, la música, la religión y otros aspectos de la vida cotidiana de Colombia.
2. Este país ostenta algunos récords mundiales en términos de su fauna y flora. Es el territorio con más variedad de anfibios, reptiles, aves y mariposas, así como el país con la mayor variedad de orquídeas. Además, en Colombia se encuentran las esmeraldas más finas del mundo.
3. ¿Sabías que en Colombia la cerveza se conoce como "pola"? Hay varias teorías sobre su origen, desde una cerveza lanzada por Bavaria en 1910 hasta la popularidad de la marca de cerveza "Polar" en los años 60.
4. Además, en Colombia el almuerzo suele acompañarse con jugos naturales o agua, y es poco común ver a alguien consumiendo bebidas alcohólicas.
5. Colombia también cuenta con una red turística de pueblos patrimonio, formada actualmente por 18 municipios.
6. Los horarios en Colombia son diferentes a los horarios en España, con la mayoría de las personas durmiendo entre las 9 y 10 de la noche y levantándose entre las 4:30 y 5 de la mañana. Las tiendas suelen abrir a las 5:30 a.m. y las personas comienzan a trabajar entre las 6 y 7 a.m. Los colegios comienzan entre las 6:30 y 11 a.m. y la hora de comer es entre las 12 y 1 p.m. La cena se sirve entre las 5 y 7 p.m.
7. Los acentos entre regiones son reconocibles, pero en Cali, los habitantes son los únicos que usan el voseo.
8. En Colombia existen distintos estratos sociales y clases marcadas. La denominación "sociedad de castas" tan común en India también existe en Colombia y se encuentra profundamente radicada en todos los aspectos de la vida colombiana.
9. La mayoría de las rutas de conexión entre las grandes poblaciones en Colombia son por carreteras de peaje. Mapa.
10. Los perros son apreciados y bien cuidados en Colombia. Es uno de los países donde los perros tienen un mejor aspecto y atención.
11. Comidas sin alcohol. Las comidas se suelen acompañar con jugos naturales o agua. Es muy raro ver a alguien consumiendo bebidas alcohólicas.
12. Hay diferentes opciones de menú en los restaurantes, como menú corriente, ejecutivo y especial aunque el más conocido es la “bandeja paisa”, una variante de los menús anteriores con ingredientes típicos de Antioquia.
13. La palabra "droguería" hace referencia a lo que en España es una farmacia, "libra" son 500 gramos y se utiliza en fruterías, "regalar" se usa para pedir y la lista de términos con un significado diferente es bastante amplia.
14. Un medio de transporte típico de Colombia son los Jeepneys, también conocidos como Yipaos. Algunos modelos existen desde 1954 y obtener una licencia para su uso turístico es costoso.
15. Los colombianos aman los productos frescos y pueden encontrar una gran variedad de frutas y verduras en los "fruver".
16. Los colombianos son amantes de los acrónimos, como "Gurropin" para referirse a Gustavo Rojas Pinilla. “Fruver” (establecimiento que vende frutas y verduras), Minsalud (para el ministerio de Salud) y así un interminable listín.
17. ¿Te suena de algo Los Pollos Hermanos? Podríamos decirnos que el alimento estrella en Colombia es el pollo a la brasa. Son innumerables los establecimientos que tienen al pollo por plato estrella.
18. El arequipe es un ingrediente común en los dulces colombianos o se puede encontrar guayaba como alternativa.
19. Las duchas sin manguera es de lo más corriente que te puedes encontrar en los alojamientos. Simplemente, una salida de agua fijada en la pared.
20. A los autobuses con aire acondicionado se les llama "climatizados" o "ejecutivos". La mayoría de los buses tienen a la vista una pantalla en el que indican la velocidad a la que están conduciendo, aunque no siempre está funcionando. Además, en la parte posterior de todos los transportes públicos aparece un número de teléfono nacional para llamar y valorar la conducción de los vehículos.
21. En Bogotá, la ciudad conocida como "la nevera" del país, donde temperatura oscila todo el año entre 7ºCy 20ºC, no hay sistemas de calefacción.
Aunque en Santa Marta residen casi medio millón de habitantes el ambiente en el centro de la ciudad es más bien tranquilo, al atardecer las familias disfrutan del tiempo libre en el paseo marítimo y las terrazas comienzan a llenarse. La noche transforma completamente la ciudad y las calles que hay alrdedor del Parque de los novios mantienen la ciudad viva hasta altas horas de la madrugada.
Llegamos a Santa Marta desde Cartagena tras un viaje en cómodo en bus de cuatro horas aproximadamente. En Santa Marta estuvimos cinco días con la motivación principal de conocer una ciudad costera diferente a la turística Cartagena y pasar unos días en un ambiente más relajado. Lo más interesante del viaje fue el paso por la Ciénaga de Magdalena una franja de tierra similar a La Manga del Mar Menor Pasamos un total de cinco días en Santa.
El mayor contraste entre prejuicios y realidad que encontramos en Colombia fue el decepcionante estado de sus playas, la mala calidad del agua, y deficitaria conservación del litoral continental en general, muy lejos de lo que uno podría imaginar: playas con aguas cristalinas, arenas blancas... Con todo, parece que algunas impulsadas por gobiernos locales (como el cierre de las playas al atardecer), campañas publicitarias de concienciación y sensibilización desde la comunidad educativa ha repercutido positivamente en tiempos recientes. Sin duda, el camino por recorrer aún es largo.
Pasaremos rápido por el otro tema de inquina nacional y generalizada: los que intentan ganarse la vida, muchas veces de malas formas, en las playas. En este aspecto, evitando las playas más turísticas, no tuvimos ninguna mala experiencia, más bien al contrario.
Es cierto que la cosa mejora si uno se sube a bordo de un ferry rápido y se alcanza alguno de los islotes de las islas del Rosario, por ejemplo, un buen plan para alguien que va a pasar unos días por la zona, pero mala idea para una estancia larga o permanente. Luego nos queda el Parque Nacional de Tayrona (54.500 COP en temporada baja) al que se puede llegar en autobús más una caminata de más tres horas o en lancha desde la playa de Taganga. De nuevo, una actividad que suena más a excursión esporádica debido a su difícil accesibilidad nada que ver con otros Parques Nacionales costeros de Venezuela como Morrocoy, Henri Pittier y Mochima.
PLAYAS DE SANTA MARTA
Al oeste: El Rodadero, Playa Blanca e Inca-Inca
Desde el centro de Santa Marta se puede llegar cómodamentes hasta El Rodadero. Se ubica en una urbanización turística, con múltiples restaurantes y comercios cercanos. Es una playa muy grande y normalita, suele estar limpia y posee una buena extensión de arena y alguna zona con sombra. Los vendedores de esta playa son muy amables, pasan frecuentemente ofreciendo de todo: paséis en moto, kayak, té caliente, bebidas frías, masajes, bolsos, sombreros y alimentos. Para llegar a El Rodadero desde Santa Marta pasan los buses azules del S.U.T (sistema unificado de transporte) continuamente por varias calles de la ciudad, entre ellas la céntrica Calle 22 y la carrera. Precio 2000 $.
Una vez en El Rodadero se puede hacer una excursión de hasta Playa Blanca en lancha, los precios varían en función de si incluyen únicamente transporte o el paquete con carpa (toldo contra el sol) y comida. Puedes encontrar precios de ida y vuelta a Playa Blanca desde 20.000 $. Así como en El Rodadero es fácil encontrar un lugar en la arena sin necesidad de alquilar una carpa, en Playa Blanca es algo más complicado si no se llega temprano.
Justo antes de Playa Blanca se encuentra la Playa Inca. No todos los lancheros ofrecen sus servicios a esta playa, sin embargo, existe la posibilidad de llegar caminando hasta allí por un sendero bien marcado 45 minutos aproximadamente. No hemos estado en Playa Blanca, pero parece que Inca Inca está algo más descongestionada y limpia.
Al Este: Taganga, Playa Grande y Parque Tayrona
En algún momento antes de partir nos planteamos alojarnos en Taganga y realmente nos alegramos de no haber optado por ello. Taganga está a escasos minutos del centro de Santa Marta con una alta frecuencia de buses por lo que se puede llegar y volver cómodamente.
La playa de Taganga, en la segunda quincena de julio, entre semana y en horario relativamente temprano (antes de las 12) es bastante tranquila. Muchas barcas parten desde aquí hacia las calas vecinas y el parque Tayrona. Al llegar la playa, caminando hacia la izquierda se encuentra el Café Thui, ese rinconcito de la playa me pareció idóneo. Muy cerquita de la caseta de policía que hay al inicio de la playa se encuentran los mejores jugos en el puesto ambulante "Donde Mera".
Desde Taganga se puede recorrer a pie (unos 15 minutos) el sendero sobre un acantilado que nos lleva hasta la contigua cala de Playa Grande. Las vistas que se pueden contemplar de ambas bahías son espectaculares, con la curiosidad de acoger una vegetación un tanto extraña, donde se mezclan en la colina grandes cactus y frondosos árboles de bosque húmedo. Las autoridades locales y vecinos recomiendan hacer este paseo cuando empiece a haber movimiento de gente por la zona, sin bienes de valor y siempre en horario con luz.
La playa más cercanas del Parque Nacional Tayrona es Bahía Concha, en lancha el precio es de 70.000 COP ida y vuelta viajando desde Taganga, unos 45 minutos.
Más allá de Santa Marta
Justo al pasar el Parque Nacional de Tayrona se encuentra una zona que está experimentando un rápido crecimiento turísitico. En los últimos años la zona de Buritaca y Palomino han empezado a recibir a trabajadores remoto que quieren disfrutar de la tranquilidad y buen clima. Muchos hostales en primera línea de playa han empezado a recibir expatriados ofrenciendo actividades de ocio y aventura.
Para muchos Barichara es el pueblo más bonito de toda Colombia pero llevando a nuestras espaldas varios pueblos de fachadas blancas, arquitectura colonial y calles empedradas, nuestra reserva de sorpresa estaba en mínimos, sin embargo, después de haber pasado tres noches en Barichara puedo decir que nos habríamos quedado un día más, en detrimento de Villa de Leiva donde el entorno no me parece tan aprovechable.
La característica principal de Barichara, además de su arquitectura colonial ya mencionada, es el hecho de que esté asentado sobre una montaña, sí, con calles empinadas, pero también con varios miradores espectaculares. Barichara se encuentra, además, ubicada en el territorio de los indígenas Guane, de hecho, muy cerca de allí está el poblado con el mismo nombre, al que se puede llegar a pie a lo largo del camino real (5 km en descenso) y regresar cómodamente en bus. En el centro de la villa, como en todos estos pueblos, la vida gira en torno a la plaza principal y la fotogénica Catedral de la Inmaculada Concepción hecha de arenisca.
En el pueblo se pueden contratar los servicios de triciclos turísticos por unos 35.000COP y aproximadamente 75-90 minutos que te llevarán a los lugares principales de la localidad. Para los que no quieran lidiar con las cuestas y el sol o tener un primer contacto con un suplemento de información. El paseo a pie que no debe faltar es el del atardecer, cuando la temperatura empieza a descender y las calles van cobrando un tono distinto especialmente la calle 8 que conduce hasta el Bio parque Moncora.
En la entrada del pueblo desde Guane se encuentra el mirador Salto del mico desde el que se puede contemplar el cañón del río Suárez, el Parque Nacional Serranía de los Yariguíes y algunos municipios sobre el valle. Junto al cementerio hay otro mirador con una caseta donde se puede tomar algo disfrutando de las vistas. Otras rutas de senderismo nos llevan desde Barichara a Cabrera o a Los Santos. Desde la vecina localidad de Villanueva hay otras opciones.
A poca distancia de Barichara se encuentra la ciudad de San Gil que en los últimos años ha ido incrementando el número de visitantes que buscan deportes de aventura, especialmente conectados con el río Fonce. La iguana es el animal emblemático de la localidad, se pueden observar tomando el sol sobre los árboles al cruzar el puente (lado derecho) en dirección al centro comercial El Puente. Aparte del Parque Natural El Gallineral, ubicado en la misma ciudad, no hay mucho más de interés.
Desde San Gil continuamos el viaje hacia el norte: Bucaramanga / Girón. La carretera escénica es espectacular de las que hemos visto en Colombia, pasando por el Cañón del Chicamocha en el Parque Nacional del mismo nombre.
Girón es un pueblo tranquilo junto a la bulliciosa Bucaramanga. Está incluido en la lista de los pueblos más bonitos de Colombia y sin duda merece una visita si estás por la zona. En nuestro caso teníamos un vuelo desde Bucaramanga y ese fue el verdadero motivo de nuestra visita.
Aunque pueden compartir algunos elementos comunes, cada localidad turística tiene algunos atributos diferenciadores. En Villa de Leyva éstos son sus balcones acristalados de madera. Además, esta villa puede presumir de poseer la plaza más grande de toda Colombia.
Con calles de adoquines y fundada en 1572, es una de las joyas coloniales del país, aunque ha perdido parte de su encanto al convertirse en una localidad excesivamente turística, especialmente los fines de semana, cuando este tipo de localidades reciben multitud de visitantes nacionales. Los sábados se celebra el mercado semanal en su plaza principal y durante nuestra visita casualmente coincidimos con el festival nacional de aire y las cometas por lo que pudimos disfrutar del cielo y la plaza llena de cometas. Al día siguiente, lunes, parecía otro pueblo. Desde el mirador que sobre la colina que queda a espaldas de la iglesia principal se obtiene una bonita vista panorámica.
Desde Villa de Leiva visitamos Ráquira, a unos 30 minutos. Esta pequeña localidad destaca por la producción de artesanías en cerámica. Hay multitud de tiendecitas con decoración realmente recargada de productos. Un pequeño museo al aire libre.
Para continuar hacia el norte, dirección a Barichara se puede viajar desde Tunja o directamente viajando desde Villa de Leiva hasta Arcabuco a través de la sierra de Iguaque (1h, 10.000COP) y desde Arcabuco tomar el bus que va hacia San Gil (35.000).
El pueblecito de Jardín fue ese típico lugar en un viaje del que no sabes prácticamente nada, por lo que tienes cero expectativas y se acaba convirtiendo en uno de los principales recuerdos del viaje. Pasamos allí un par de noches y, de volver atrás, me habría quedado al menos una noche más para poder visitar Jericó (pueblo de peregrinaje católico) o simplemente seguir disfrutando de su entorno natural.
Desde el pueblo se pueden realizar un par de rutas de senderismo sencillitas y circulares que comienzan cerca del estadio. La primera nos llevó hasta el mirador que hay sobre la estatua de Cristo y luego descendimos hasta ella para disfrutar de un tinto en el restaurante que hay junto a ella, esta ruta también se puede hacer linealmente subiendo directamente hasta el restaurante (si no llueve) y extenderse para visitar las cascadas cercanas (ver en maps.me) La segunda nos lleva hasta el rústico teleférico de La Garrucha pasando por un par de cascadas; al final del recorrido se puede descender al pueblo por rudimentario teleférico o continuar hasta cruzar por el puente.
Los fines de semana suele haber alguna actividad en el teatro dentro en el programa cultural de la localidad, si tienes la oportunidad no te pierdas la visita al histórico teatro municipal recientemente restaurado, orgullo de todos los vecinos.
Llegar a Jardín desde Medellín es fácil, salir de Jardín hacia el Eje Cafetero es algo más complicado, ya que los escasos 50 km que separan a Jardín de Riosucio se deben recorrer en 4 horas en un viaje en chiva por carretera de montaña sin asfaltar (8 am) o hacer el recorrido en bus, un poco más largo en tiempo 4´5 horas y en kilómetros (180) rodeando la sierra.
En Jardín nos alojamos en el Rosita 2, en una habitación con terraza privada con una vista increíble sobre las sierras de Betania y Morelia. Por las mañanas un toldo de bruma espesa cubre el marrón de los tejados.
Poco que decir de Cali. Durante la planificación de nuestra ruta teníamos grandes dudas sobre si llegar a no hasta Cali, al final optamos por incluirla en nuestro itinerario de ritmo relajado y puedo decir que podríamos haber prescindido perfectamente de esta parada. Sin embargo, al sur de Cali el turismo empieza a abrirse paso, especialmente en los alrededores de Popayán cuya celebración de semana santa es imponente.
Los caleños están orgullosos de su “sucursal del cielo en la tierra”, “la capital mundial de la salsa” o “la ciudad con las colombianas más bellas” pero tras esos eslóganes no queda mucho que hacer o ver por allí. El gobierno local está tratando de impulsar el turismo y dinamizar la vida cultural, vimos algunos ejemplos de ello. Las carreras 4 y 5, que comunican el centro con los tranquilos barrios de San Antonio y el Peñón, acogen algunos museos como el de oro y salas de exposiciones que encontramos vacías.
Ciertamente, no hay muchos lugares de interés para el turista. El centro de la ciudad, al sur de la famosa Iglesia La Ermita, repleto de puestos callejeros, es muy bullicioso y merece la pena pasear para ver el ambiente del día a día. Los domingos, sin gente, estas mismas calles se tornan fantasmagóricas. Se debe evitar caminar al este de la calle 13 y el parque a lo largo del Río Cali por la noche.